miércoles, 13 de noviembre de 2013

Microrrelato para ciudadanía

De golpe
Hace tiempo ya que la tristeza se ha pegado a ella como una segunda piel. Mamá ya no es la misma. Siempre anda cabizbaja, especialmente, cerca de mi padre. Si no hay comida preparada cuando mi padre llega de cazar se escuchan golpes y los gritos de mamá resonando en las paredes de la cueva. Un día cuando llegué de jugar encontré a mi padre agarrandola del cuello. Ella le escupió y mi padre le golpeó con una piedra en la cabeza y se fue. Cuando llegué hasta mamá y me agaché junto a ella, ya no eschuchaba los golpecitos en su pecho con los que solía quedarme dormido y el suelo a su alrededor poco a poco se iba tiñendo con su sangre.

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